La muñeca Matryoshka, también conocida como Matreshka o Matrioska, es el símbolo de la belleza femenina rusa, es uno de los souvenirs más conocido en todo el mundo.
A pesar de que la Matryoshka fue diseñada como muñeca para los niños, los adultos también sienten atracción por ella y se compra más como souvenir o regalo.
Al día de hoy la Matryoshka no es solamente una muñequita famosa, es un souvenir tradicional de Rusia y conserva en si una gran parte de la cultura primordial rusa.
La historia de la Matryoshka nos lleva a los años 90 del siglo XIX, cuando en un taller de juguetes en Moscú con el nombre «Detskoe vospitanie» (Educación infantil) dirigido por A. Mamontov, trajeron de Japón una figurita de un viejo y calvo sabio Fucuruma.
A su vez la figurita tenía el contenido de varios muñequitos iguales de distintos tamaños, uno dentro del otro. Tomando como ejemplo este juguete, el tornero Vasiliy Zvezdochkin que trabajaba en el taller, hizo figuritas parecidas de madera, de la misma manera. Luego el artista Sergey Malyutin pinto las figuritas como muchachos y muchachas.
La primera Matryoshka fue pintada con el traje tradicional del pueblo ruso: sarafan (vestido), delantal y pañuelo con estampado de gallo.
El juguete en general contenía 8 figuritas, cambiando por muchacho y muchacha con distintos rostros, la última figurita representaba a un bebé envuelto.
El nombre femenino «Matrena» fue muy popular en aquella época, de allí proviene el nombre de «Matryoshka» o «Matreshka».
A principio de los años 1900, el taller «Detskoe vospitanie» cerró, pero la producción de las muñecas Matryoshka siguió en Serguiev Posad, un pueblo ubicado a unos 70 kms. al norte del Moscú.
Las primeras Matryoshkas tenían un precio muy elevado, sin embargo el interés de la gente por esta muñequita siempre fue muy grande y tenían mucha demanda. La producción de Matryoshka empezó a expandirse en Sergiev Posad, donde aparecieron distintos talleres – Ivanovs, Bogoyavlenskijs, en el mismo pueblo se mudo Vasiliy Zvezdochkin.
Alrededor de Sergiev Posad había mucha forestación y madera, y en el mismo pueblo vivían muchos torneros talentosos.
La producción de las muñecas Matryoshka fue tan popular, que los pedidos llegaban desde capitales importantes como Paris y se vendían en Alemania en la famosa Feria de Leipzig.
Al inicio de siglo XX empezó la masiva fabricación de Matryoshkas. Los dibujos de Matryoshka empezaron a cambiar, aparecían mas colores y con mas diseños.
Las muchachas se pintaban con flores en distintos vestidos, con canastitas, pañuelos, etc. Aparecieron matreshki- juguetes con dibujos de pastores con flauta, de viejitos barbudos con bastón, de novios y novias.
Por ejemplo para el regalo del casamiento se preparaban especialmente el novio y la novia adentro de los cuales se escondían las figuritas de los parientes, y de los hijos futuros de los recién casados.
Muchas Matryoshkas fueron dedicadas a los ritos del folclore ruso y los cuentos tradicionales.
Las muñecas Matryoshkas empezaron a aumentar la cantidad de figuritas, se encontraban ejemplares de hasta 24 figuritas. Y en el año 1913 el tornero Nikolay Bulichev hizo una Matryoshka récord con 48 piezas.
En el mismo año se detectaron muchas producciones ilegales, que explicaba una gran demanda y buena ganancia.
La Matryoshka empezó a ampliar los lugares de producción a otros pueblos, en algo fueron similares y a su vez tenían diferencias, en unos lugares las hacían mas rellenitas y bajitas, en otros lugares la representaban más delgadas y altas.
Contándoles de la Matryoshka no se puede olvidar mencionar el Museo de Juguetes de Sergiev Posad en Moscú. Está ubicado en un edificio de época.
Anualmente a este Museo lo visitan niños y adultos de Rusia y también de todo el mundo para conocer los juguetes modernos y antiguos. En el mismo Museo se pueden ver una cantidad de exposiciones y colecciones de Matryoshkas, entre ellas la primera Matryoshka pintada por el artista S.V. Malyutin.
Hace poco en la capital de Rusia, Moscú, se abrió un Museo totalmente dedicado a la Matryoshka – el símbolo emblemático de la cultura nacional.